La magia de los Reyes Magos

El pasado 7 de diciembre, mientras practicaba deporte, me doblé el pie derecho y me caí. Sentía molestia, se puso muy inflamado.

Me puse frío e intenté tenerlo en alto, para descansarlo. El médico lo estuvo explorando y me dijo que era un esguince de primer grado. Una tobillera, poner frío unas tres veces al día y un spray serían suficientes. Continué trabajando y haciendo “vida normal”.

El pie, estaba cada vez más inflamado, con mucho hematoma y pasados unos días, decidí volver al médico.

Me hicieron una radiografía y no se veía claramente si llegaba a haber una disimulada fractura, por lo que me indicaron, que tenía  que ir a Traumatología, en el Hospital Virgen del Rocío, para una segunda opinión.

No me gustó nada…Me empecé a agobiar, yo lo que quería era estar bien e ir al día siguiente al cole.

Una vez allí, la Doctora observó la radiografía y me intentó enseñar donde se encontraba esa pequeña fractura, que era apenas apreciable en la imagen. “Fractura distal del peroné», me explicó.

-“Tendremos que inmovilizarlo unos 15 días”, a lo que respondí  :-“moverme un poquito menos , ¿no? .Caminar más despacio, ¿verdad?” .Y me contestó, -“No, no, vamos a escayolar”. Unos 15 días serán suficientes…

Era la primera vez en mi vida que iba a llevar una escayola. Las chicas que me la pusieron fueron muy amables y simpáticas….

Mi cabeza solo pensaba en los villancicos, los churros con chocolate, la excursión al cine , subir las escaleras de mi casa… Todo un mundo…No daba crédito.

Esa noche fue fatal. Un frío increíble en ese pie y pierna, malestar, no encontraba la postura, angustia, frustración…

No poder ir a trabajar y más en unas fechas tan entrañables y de tantísima actividad, me entristecía muchísimo.

Conté los días…Todo era diferente ahora en mi rutina: ayuda para la ducha ,no poder hacer muchas cosas que hacía sola, estar de reposo …

Para alguien más tranquila, quizás hubiese sido bueno…Yo , que era la primera vez que paraba así “en seco”, era todo un aprendizaje. Los dos primeros días lloraba, estaba enojada .Hasta que comprendí que tenía que aceptar e intentar llevarlo lo mejor posible para que los días pasaran de la mejor manera. Y comencé a verle el lado “medio bueno”…Que era una lesión no grave, que toda mi familia estaba cerca, que me animaban mis amigos y amigas, que podía disfrutar de las vistas del ventanal del salón al río… Y reflexionar, muchas horas, sobre la “rapidez” que llevamos, que llevo, el pasar por alto situaciones usuales que son altamente importantes y cruciales.

A los 14 días, tuve que ir a que me cambiasen la escayola. Se me quedó grande, me estaba haciendo daño. Yo, confiada en que me llamarían para ir al día siguiente a la nueva radiografía y visitar al traumatólogo, tuve que esperar a mi cita, que se posponía hasta el 5 de Enero.

¡¡Más días de espera!!¡Nuevamente, desesperación!… Y me reñía a mí misma, que esta realidad era momentánea, que luego podría volver a hacer las mismas cosas, que tenía muchos motivos por los que dar las gracias…pero el “poquito” de frustración y agobio se asomaban de vez en cuando…

Así pues, pasé mis navidades, con mi amiga la escayolita. Una navidad rara, otra vez el Covid, yo en mi situación…

La tuneé con mi pegatina de Confeticidad para empezar a ver el lado positivo…Me manejaba muy bien con las muletas…

Y la mañana del 5 de enero, de camino a Sevilla , nerviosa, tensa, con miedo, pensando en todas las opciones que se podían dar, pedí a PAPÁ que me ayudase.

Me hicieron la radiografía y al poco me atendió la traumatóloga. Yo estaba como un flan.

-“Vamos a quitar la escayola y en un mes nos vemos , para ver la evolución. Es algo muy leve, así que vas a estar bien ya pronto”…¡¡¡CONFETICIDAD por todos los poros de mi piel!!!.

¡Volver a caminar, al cole, a moverme, a hacer las cosas por mí misma!.¡Qué alegría más grande!.

Una chica muy, muy cariñosa se encargó de quitarme la escayola y explicarme los ejercicios de rehabilitación que tenía que hacer en casa. Y puse el pie en el suelo , después de 23 largos días…¡¡Me parecía un sueño!!.

Confeticidad por poder marcharme de allí por mi propio pie (con una sensación rarísima, como de pie adormecido, acolchado, ¡¡pero caminando!!).

Después de contarle a mi familia y amigos esta gran buena nueva, me sentía muy cansada, de tanta tensión acumulada y  muy emocionada y agradecida.

La vida nos va poniendo “pruebecitas” y hay que aceptar y proceder de la mejor forma que se pueda. Todo pasa y todo llega. Trabajar la Paciencia para /conmigo, ha sido mi gran tarea.

Y sobre todo, siempre AGRADECER y VALORAR la maravilla de las pequeñas grandes cosas que nos rodean, que tenemos a diario al alcance de la palma de nuestra mano.

Me di la mejor ducha que me he dado en la vida, consciente, con los pies bien plantados , sintiéndome fuerte, agradeciendo poder hacerlo sola, de manera autónoma.

Mi Estrella, una vez más estuvo  a mi lado. Siempre que me veía yendo y viniendo de un lado para otro, me repetía –“Pilar, tienes que parar un poquito, estate más tranquilita. Cualquier día te da algo”.

Este periodo me ha servido de mucho y por supuesto, para  seguir creyendo en la Magia…No podía tener un mejor regalo de Reyes.

Melchor, Gaspar , Baltasar y mi Paquito. La Magia de los Reyes Magos.